
Apareció el arma definitiva, la estrella de la muerte de estas Navidades caerá como una bomba en los hogares con niños y adolescentes rebeldes que han tenido, hasta ahora, contra las cuerdas al poder establecido.
Mediante este sencillo dispositivo los padres podrán sojuzgar y dominar a sus hijos aplicándoles un chantaje de dimensiones galácticas.
Conectado a la cónsola de videojuegos, la hace funcionar mientras le duran los tokens con los que se alimenta al aparato. Si no hay fichas, no hay juego, así de sencillo.
Los jugadores se humillarán, fregarán, harán camas, deberes, lo que sea a cambio de recibir alguna ficha de los poderosos señores de la PlayLimit.
Como tiene que ser.
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