Y no es otra leyenda urbana como la de Ana García Obregón
Si bien pensábamos que las… “herramientas de trabajo” de algunas actrices… “de género” podían ser malas para la espalda, ahora resulta que salvan vidas.
Según informa el diario Standart, eso fue lo que sucedió en Ruse, al norte de Bulgaria, en un aparatoso accidente de tráfico. Allí, una mujer de veinticuatro años que hace tiempo no estaba totalmente a gusto con su cuerpo (es decir, una que se había operado las tetas), se saltó un semáforo en rojo, alimentando así la creencia popular que pone en relación inversa el tamaño de los senos con la inteligencia.
La consecuencia de su imprudencia fue la pérdida de un par de puntos (y no de los del carné, precisamente). La chica empotró su coche contra otro que se le cruzó. El resultado, según varios testigos fue que “los dos coches han quedado irreconocibles por la colisión pero la mujer ha salvado la vida gracias a sus senos de silicona”. Del tamaño de dichos implantes sólo cabe hacer suposiciones.
La parte negativa del incidente es que los implantes estallaron como si hubiera sido Ana Obregón sobrevolando el Atlántico. Pero ya se sabe: cuando salta el airbag luego hay que recargarlo.
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